Buenos Aires, de lo clásico a lo moderno

Suele decirse que Buenos Aires es una ciudad de contrastes, una ciudad cosmopolita y moderna. Parte de eso es verdad, más si consideramos que con sus 14 millones de habitantes del área urbana, se fueron generando diversas zonas con características particulares. Siendo capital colonia primero y capital de Argentina después, la ciudad atrajo una gran cantidad de inmigrantes que fueron creando esas áreas urbanas. A lo largo del tiempo, cada grupo de inmigrantes fue dejando su impronta, dándole un estilo de mezcla entre España, Francia, Inglaterra y estilos de países latinos. Eso fue mezclándose con el estilo colonial que poco a poco se fue abandonando. Pero mientras la ciudad y el país crecía, miradas hacia una modernización del paisaje urbano le fue dando nuevos aires a Buenos Aires. A continuación, iremos conociendo un poco de estas mezclas entre lo colonial, la inmigración y la modernidad.

Lo colonial y clásico.

De los pocos barrios que nacieron durante la época colonial, solo dos conservan vestigios de aquellos tiempos: San Telmo y Montserrat. Ambos barrios supieron ser los escogidos por las familias más pudientes del siglo XVIII y XIX, hasta que en 1871 una epidemia de fiebre amarilla diezmó la población obligándolos a trasladarse a los barrios de Retiro y Recoleta ubicados en el norte. Sin embargo, la gran cantidad de inmigrantes italianos que ingresó al país decidió instalarse allí, ocupando casas abandonadas por la aristocracia o construyendo casas con claro estilo italianizante y una vez más la vecindad volvió a la vida.
Si bien estos barrios poseen una estética y dinámica agradables para visitar en cualquier día, recomendamos se haga el domingo. En dicho día, se monta una feria a lo largo de toda la calle Defensa que incluye un sector de antigüedades sobre la Plaza Dorrego, de artesanías y de objetos varios desde la Avenida Independencia hasta Plaza de Mayo.
Tanto en San Telmo como Montserrat se ha logrado unir el pasado colonial, la inmigración del siglo XX y el arte moderno del siglo XXI. Tal sincretismo histórico se puede observar en los dos museos de arte que se encuentran en la Avenida San Juan y calle Defensa. El primero de ellos es el MAMBA (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires), un museo estatal que se encuentra en lo que fue una vieja fábrica y en donde se exhibe la principal colección de arte modernista de argentinos y extranjeros. El segundo de los museos es el Mac (Museo de Arte Contemporáneo), que es una galería privada creada con el fin de promover el arte contemporáneo, tal como indica su nombre.
Siguiendo por la calle Defensa (altura 1100), se podrá apreciar un claro ejemplo del proceso histórico que aconteció en San Telmo. Allí se halla la Casa de los Ezeiza una casona construida por la familia en 1876, siguiendo el ordenamiento arquitectónico impuesto desde mediados del siglo XIX y posee tres patios: el primero rodeado por las habitaciones sociales (comedor, biblioteca, sala de estar), el segundo circundado por las habitaciones personales y el tercero correspondiente al área de servicio. Dicha casa fue habitada durante 30 años, hasta que los Ezeiza decidieron mudarse a un lugar más grande en Recoleta. En la década de 1930 la casona es abandonada y utilizada como conventillo, es decir, que diversas familias vivían allí, cada una con una habitación asignada con uso compartido de baños y cocinas. Esta modalidad de vida perduró en gran parte de Buenos Aires durante el principio del siglo XX, ganó gran popularidad entre los inmigrantes, alojando entre 10 y 30 familias. Actualmente funciona una galería comercial de antigüedades y una feria americana.
Pero todas las calles de los barrios pueden observarse fachadas con ventanales decorados, grandes puertas de acceso hechas en madera tallada o con trabajos de hierro. Incluso en los últimos años, al ir poniéndose de moda San Telmo, muchas casas conservaron sus fachadas, pero detrás de ellas se instalaron negocios de moda, restaurantes con temáticas actuales o simplemente viviendas que reciclaron los interiores para ser casas lujosas. Poco a poco, vamos viendo como la modernidad se empieza a imponer en la zona.
Si continuamos caminando por la calle defensa, llegaremos a la Plaza de Mayo, el lugar fundacional de Buenos Aires. Entre estilos coloniales podemos mencionar al edificio del Cabildo, la alcaldía de la ciudad en la época colonial. Si cruzamos la av. de Mayo, veremos el estilo clásico, con la ex municipalidad de la ciudad, el edificio que fue la alcaldía hasta hace pocos años. Si seguimos girando hasta llegar a la catedral también veremos modernidad, claro, una modernidad para la década de 1820. Cuando se construyó la fachada de la catedral con ese juego de columnas, era tan pero tan moderna para su época que se pidió no realizarla ya que “poco representa la tradición cristiana”. Pero en el lado opuesto de la plaza vemos ya modernidad del siglo XX. Primero tenemos un edificio racionalista con líneas puras y sin decoración, la cede central de La Franco Argentina Seguros. Junto a este se encuentra además la actual Casa Central de Santander Rio, un edificio que ya posee una cortina de vidrio, dejando atrás toda decoración clásica.
Hay otro ejemplo alrededor de la plaza que nos sirve para ver la transición entre clasicismo y modernidad, es el Ministerio de Economía junto a la Casa Rosada. Un ejemplo de la arquitectura monumentalista estatal de la década de 1930, donde se buscaba darle imponencia a los edificios públicos. Una modernidad dada en la sobriedad de su fachada lisa, sin balcones, pero con una elegancia brindada por el granito oscuro en su base y una escalinata de acceso con columnas.
Pero para ver definitivamente a la moderna Buenos Aires, solo tendremos que caminar por cualquiera de los costados de la Casa Rosada, por que ya a simple vista veremos unas altas torres de metal sobre el horizonte. Son los rascacielos de Puerto Madero.

El moderno puerto.

Puerto Madero es, sin duda, el resultado del progreso de Buenos Aires. El barrio más joven de la ciudad fue creado en 1991 pero no fue hasta después del año 2010 que ganó el aspecto que tiene actualmente. Originariamente, el Río de la Plata llegaba hasta sus tierras y no es hasta la década de 1880 que el terreno es elevado para construir allí el puerto de la ciudad, diseñado por Eduardo Madero. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que en pocos años los barcos de madera serían remplazados por los de metal, y al ser de mayor porte no cabrían en los diques del puerto, por lo que en 1919 se pone en marcha la construcción de uno nuevo en el barrio de Retiro donde todavía funciona. Puerto Madero es abandonado con los años, e incluso llegó a estar en ruinas hacia fines de 1980. Más tarde se decidió reciclarlo y de allí su distribución actual.
Actualmente Puerto Madero es el barrio más caro de la ciudad y sus altas torres son escogidas por empresarios y famosos para alojarse. Los edificios menos elevados son casi en su totalidad pequeñas oficinas pensadas para aquellas empresas que buscan un ambiente más ameno para trabajar. Sus diques se han convertido en parte de un paseo placentero, con la posibilidad de acceder a dos de los barcos más antiguos de la Argentina que permanecen abiertos como museos, la Fragata Sarmiento y el Corbeta ARA Uruguay. Hacia la parte central de los diques se halla el puente colgante de la Mujer y en el lado opuesto al centro de la ciudad se encuentra la vieja costanera sur, hasta donde llegaba antiguamente el río.
De los viejos edificios de ladrillos, que funcionaban como depósito de las mercaderías de los barcos, fueron íntegramente reciclados y ahora son oficinas, restaurantes y hasta un cine. Pero sobre las zonas donde se encontraban vías de tren, estacionamiento para camiones o edificios pequeños de empresas de transporte y aduanas, se levantan los más altos edificios de la ciudad y el país. Con un diseño modernista, vidriados, avanzados tecnológicamente y con todos los lujos posibles, son estas torres, las que marcan la mayor presencia moderna en la ciudad. Pero con los edificios industriales de ladrillos a la vista y la presencia de unas viejas grúas antiguas, conoceremos esa esencia de Buenos Aires, un sincretismo entro lo clásico y lo moderno. 

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