Hielo y Aventura en el Glaciar Perito Moreno

Voy a intentar expresar la inexplicable sensación que vivimos en nuestras vacaciones por El Calafate. Después de convencernos de que teníamos que caminar sobre el glaciar más imponente de Argentina, corrimos a las oficinas céntricas de Hielo Y Aventura para sacar los tickets.

La travesía comenzó al día siguiente empezando por recorrer 50 kilómetros de ruta en perfecto estado hasta llegar al parque nacional los glaciares. Durante el camino, tuvimos el agrado de presenciar inmensos témpanos, también conocidos como Icebergs, que flotaban por el lago argentino arrastrados por la corriente del mismo.

Estacionamos en Puerto Bajo las Sombras y nos embarcamos en uno de los tantos botes con los que cuenta la empresa. El día estaba bastante fresco pero los rayos de sol calentaban nuestras caras descubiertas y al gigante celeste al cual nos dirigíamos. Recorrimos el Brazo Rico durante 20 minutos aproximadamente sin sacar los ojos de encima del glaciar.

Al descender, la caminata de baja dificultad hasta el puesto, donde se coloca el equipo correspondiente para la aventura, nos llevó prácticamente unos 15 minutos donde con un oído prestábamos atención a los ruidos de la mole de hielo que parecía tronar en el horizonte y con el otro, al guía que fue contándonos acerca de la geología del lugar.

Puestos los crampones, el casco y con una sonrisa en la cara salimos en fila india hacia el primer escalón de hielo para adentrarnos en el desierto celeste. El sendero nos fue llevando poco a poco dentro del glaciar donde presenciamos tuberías naturales enormes por las que circulaba el agua que se iba derritiendo e imponentes seracs que hacían lucir las paredes desde el interior como un castillo rodeado de filosas torres.

Entre subidas y bajadas, tomando cada vez mas confianza de caminar sobre una superficie totalmente desconocida, bebimos agua pura que circulaba entre nosotros y, por cortesía de la empresa, también un exquisito wiski con hielo recién extraído de las paredes del anfiteatro celeste que coronamos entre los del grupo como “Bar de Hielo”.

Los 40 minutos sobre hielo se pasaron volando, pero la aventura todavía no había terminado ya que volvimos por un sendero de madera entre el bosque hacia el puerto, en el cual presenciamos algunos desprendimientos de hielo que al caer generaban olas que agitaban las costas donde se encontraba el barco para volver al parque.

Desde que salimos de El Calafate hasta que volvimos a la ciudad la emoción fue constante ya que hubo paisajes diferentes en cada kilómetro que recorrimos, imponentes vistas en todas las direcciones, fauna caminando y volando sobre nosotros y una de las mejores experiencias de mi vida, caminar sobre un glaciar.

Vuelos baratos a Ushuaia
Vuelos baratos a El Calafate
Vuelos baratos a Bariloche
Vuelos baratos a Cataratas del Iguazú
Vuelos baratos a Córdoba

Galería multimedia